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El porque de encontrarnos con un museo dedicado a la viña y el vino, en el Pont de Bar, será seguramente una de las preguntas que nos haremos. Hace falta remontarse a la Edad Media para entender de la existencia de este pequeño museo -enmarcado en la ruta de los oficios de ayer-. Sólo hace cien años que los viñedos eran el cultivo principal en muchos lugares de los Pirineos. Hacia finales del siglo XIX la filoxera destruyó completamente las viñas de toda Cataluña, y por supuesto, también las del Alt Urgell. Este acontecimiento fue determinante para el futuro de la comarca. Así como en otros lugares de la geografía catalana hicieron lo imposible con el fin de recuperar las vides, en el Alt Urgell el futuro pasaría por la introducción de vacas de leche y, lógicamente, un cambio substancial en el paisaje. La localidad de el Pont de Bar es un ejemplo del aprovechamiento de la tierra para el cultivo de la viña. |
| Sus terrazas, aún visibles encara, subían escalonadamente desde la ribera del Segre hasta los pueblos de Aristot y Castellnou de Carcolze, encaramados en la montaña. Los bancales del Pont de Bar son, sin ningún tipo de duda, un interesantísimo ejemplo de la ingeniería popular aplicada a las actividades para la subsistencia. Este pequeño y gracioso museo se encuentra ubicado en el antiguo corral de Cal Teixidoret, en la entrada misma del nuevo pueblo. Tiene dos pisos con accesos independientes. En la parte superior se expone todo aquello que hacia referencia al cultivo de la viña, mientras que el piso inferior está dedicado a la elaboración del vino. Pero la oferta lúdica y cultural de el Pont de Bar no termina aquí. Desde el museo podemos coger el antiguo camino de Cerdanya, que nos llevará al antiguo pueblo, destruido per las graves inundaciones del año 1982. Desde la carretera veremos, por otra parte, una excelente perspectiva de las antiguas viñas y bancales de el Pont de Bar. |
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Sábados, domingos y festivos: de les 11 a la 1 del mediodía Para visitas concertadas: |
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