El pozo visto desde arriba.
Durante muchos siglos, el hombre ha utilizado el hielo y la nieve para elaborar helados, para conservar el pescado, entre otros alimentos, y productos con fines terapéuticos, etc. Cuando el frío helaba el agua, el hielo resultante se almacenaba dentro de pozos. Al llegar la calor, este hielo se utilizaba y comercializaba. El pozo de Oliana es un singular ejemplo de este aprovechamiento de los recursos. Situado cerca del río de la Flor, a las afueras de la vila de Oliana, se trata de una construcción subterránea, de planta circular y cubierta con vuelta de media esfera. Su altura máxima es de 8,3 metros y su diámetro de 5, 45 m. Estas características permitían mantener el aislamiento térmico del pozo. Se accedía por un pasadizo de 12 metros de largo y muy estrecho, que avanzaba en forma de 4. Ello permitía mantener el aislamiento térmico del pozo. Ahora, el nuevo acceso, abierto para facilitar las visitas, tiene unas dimensiones de 13 x 2 x 2,5 m. que facilitan el acceso a los visitantes.
También se puede ver una exposición permanente sobre pozos de hielo y nieve de Cataluña, Valencia y de otros lugares del área mediterránea, con fotografíes y gráficos explicativos sobre el funcionamiento de este tipo de construcciones. Además, como ya apuntábamos antes, el hielo extraído del pozo también se comercializaba. De este modo el negocio del hielo conllevó el establecimiento de importantes redes comerciales. Se exportaba a Mallorca o Menorca e Eivissa (Ibiza); del Montseny a Cotlliure, y  hasta la misma Italia. También se embarcaba en Mataró con destino hacia Cádiz, i de Boston a las islas Británicas... o a ¡Calcuta!

 
Para visitas concertadas:
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Información extraída del opúsculo editado por el Consell Comarcal del Alt Urgell: "Ruta dels oficis d'ahir"